Los Abogados Que Luchan En Los Tribunales Por Migrantes Indocumentados Como Ellos
公開日:2022/02/16 / 最終更新日:2022/02/16
Los Abogados Que Luchan En Los Tribunales Por Migrantes Indocumentados Como Ellos
LOS ÁNGELES – Pasa todos y cada uno de los días preparando estrategias legales para ayudar a migrantes indocumentados a quedarse en el país. No obstante, en cualquier instante, la misma Lizbeth Mateo podría ser detenida y deportada.
Es una abogada migratoria que tiene su letrado en materia de migración.
Lizbeth, de 33 años, se juró como letrada de forma oficial en el mes de junio. Tras pasar años como persona indocumentada y en flagrancia abierta de las leyes migratorias, ahora es parte del sistema jurídico y espera representar a otros como ella que ingresaron a USA de manera ilegal.
El que California deje que Lizbeth pueda ejercer es una se las señales de la aceptación a la comunidad indocumentada en determinadas partes del país. Kevin de León, el líder del senado californiano, la llamó la personificación del sueño americano cuando encabezó la ceremonia de juramentación de Lizbeth.
Ahora le toca ejercer en un instante delicado: las promesas del presidente Donald Trump, como la construcción del muro y los nuevos lineamientos de detención, han dejado claro que las personas sin papeles serán deportadas. Algunos inmigrantes han preferido ocultarse y otros han regresado a sus países de origen, miedosos y frustrados. Otros más han decidido ni siquiera aventurarse.
Lizbeth pertenece al conjunto de quienes desean confrontar a la administración, incluso cuando hacerlo acarrea peligros personales. Es una defensora valiente, según varias personas; para otras, es una provocadora irresponsable que parece querer desafiar a los agentes migratorios a que la detengan.
“Veo de qué forma activistas que son respetados y considerados líderes de la comunidad arman un alboroto y pienso que no es lo que precisamos en este momento”, dijo Lizbeth, extranjeria cita huella quien nació en el estado mexicano de Oaxaca. “El trabajo no deja que hagas un alboroto. Lo que necesitas es asegurarle a la comunidad que pelearemos. Al fin y a la postre, solo tenemos esa opción”.
Otros dicen que ese papel no le corresponde. “Prometes que vas a proteger la Constitución de Estados Unidos y al mismo tiempo violas las leyes que contempla”, dijo John C. Eastman, constitucionalista y exdecano de la Facultad de Derecho de la Universidad Champan en California. “Estás violando el juramento del cargo desde el momento en que lo tomas: eso es un gran problema”. Ira Mehlman, portavoz de la Federación para una Reforma Migratoria Americana (FAIR, por su inicial en inglés), conjunto que aboga por mayores limitaciones migratorias, concurre: “Si estás en el país de forma ilegal, no hay razón por la que deberías poder ejercer derecho”.
Lizbeth es de las realmente pocas personas indocumentadas en E.U. que ha conseguido una licencia de abogacía y solo una de las que se especializa en derecho migratorio. Luis Ángel Reyes Savalza, quien la representa y asimismo nació en México, es otra de esas personas.
California, Nueva York y Florida son los únicos estados que dan licencias a migrantes indocumentados para que ejerciten derecho. No hay un estimado oficial de cuántas personas sin papeles trabajan como abogados, mas Luis Ángel dice que conoce a una docena.
Para Eastman, los abogados indocumentados ponen en riesgo a sus clientes que son beneficiarios del programa de (DACA, por su sigla en inglés) pues el gobierno de Trump podría retirar ese permiso en cualquier momento. En el mes de enero, ya emitió una orden ejecutiva que amplía las definiciones de quién es un criminal; ahora incluye cosas como haber usado un número de seguridad social falso para trabajar. Y el Servicio de Inmigración y Aduanas ha dejado claro que ser de DACA no garantiza una protección legal.
“Si estás en el país de manera ilegal, no hay razón por la que deberías poder ejercer derecho”.
Ira Mehlman, portavoz de la Federación para una Reforma Migratoria Americana
Personas como Lizbeth comenzaron a identificarse en público como indocumentadas hace más de una década con la esperanza de que podrían forzar un cambio al contar sus historias. Múltiples grupos universitarios en California se juntaron con el nombre “” (Sueños que merecen ser escuchados) y reforzaron el Dream Act, legislación que habría dado una vía para la ciudadanía a jóvenes indocumentados. Esta fracasó.
Sin embargo, la atención puesta en las dificultades de jóvenes que habían llegado como menores de edad y no conocían más que su vida en E.U. ejerció presión a fin de que el gobierno de Obama avalara DACA para que los dreamers pudieran estudiar y trabajar. El futuro del programa bajo la administración Trump, particularmente una vez que varios fiscales estatales republicanos han conminado con demandar al gobierno si el programa no es retirado para otoño.
Luis Ángel y Lizbeth impulsan que se sostenga DACA, mas no quieren solo eso. Asimismo argumentan que los migrantes que han cumplido sentencias en cárcel por alguna condena penal no deben ser blancos para la deportación y desean persuadir a los gobiernos locales de que prevean más fondos para abonar los costos legales de los migrantes que encaran procesos de expulsión. “Quieren que estemos atemorizados”, afirmó Lizbeth.
“La gente afirma que tiene temor, pero no tenemos que ser invisibles”, mentó durante un alegato ante estudiantes de la Universidad de California, Northridge, su alma mater. “Estás más seguro” cuando reconoces tu estatus, “cuando estás conectado a gente que va a saber si el ICE vino por ti en mitad de la noche”, añadió, usando la inicial en inglés del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Sin embargo, las acciones que ella califica como precisas son vistas por otros como descuidadas.
En dos mil trece, Lizbeth viajó a Oaxaca para visitar a familiares, aunque sabía que no tenía la visa para reingresar a USA. Cuando se presentó al cruce fronterizo, lo hizo acompañada de otros ocho estudiantes indocumentados poder entrar para pedir asilo. Al final, Lizbeth pudo pasar, aunque fue detenida en un centro migratorio en Arizona durante ciertos días. Se le permitió argüir su caso frente a una corte mientras que comenzaba sus estudios en Derecho en la Universidad de Santa Clara en California, algo a lo que había soñado con dedicarse desde que llegó en 1998 a U.S.A. cuando era adolescente.
Su queja pretendía atraer atención sobre la enorme cantidad de personas que habían sido deportadas antes de que fuera implementado DACA, pero múltiples activistas la criticaron de haberlo hecho como un ardid publicitario. Incluso de esta forma, se convirtió en una entre ciertos grupos de defensores de migrantes.
Aunque su acto puso en alerta su búsqueda de un estatus legal. El programa DACA requiere que los demandantes prueben que nunca han dejado E.U. desde el instante en que entraron como menores de edad. Cuando Lizbeth buscó ser beneficiaria de DACA el año pasado, su petición fue negada por el viaje a México. Planea volver a solicitar, si bien esta vez con ayuda de legisladores federales, líderes universitarios y un ejército de abogados migratorios.
Si le vuelven a negar la petición, renovacion tarjeta comunitaria cita previa no va a tener muchas posibilidades legales. Sin embargo, dijo que no planea dejar E.U. sin importar un mínimo lo que suceda.
“Estoy en esta pelea respecto de lo que planee para mi vida, de lo que todavía planeo, frente a mi realidad actual”, afirmó. Aunque tiene la licencia de abogacía, no puede ser contratada por ninguna firma debido a su estatus como indocumentada. Por ello planea abrir su propia firma; cualquier persona sin papeles puede establecer un negocio.
Trabaja de día desde un centro en Pasadena, donde da formación a personas sobre de qué manera contar sus historias a diferentes grupos que han prometido ayudar a migrantes indocumentados y las ayuda a completar formularios en busca de familiares que podrían ser deportados.
“Cualquier cosa que puedas usar para demostrar que tienes una vida aquí, que estás trabajando y contribuyendo, ayuda”, le afirmó a un conjunto de mujeres de mediana edad hace unas semanas. “Necesitamos que sepan que requerimos su apoyo y que lo merecemos”.
Luis Ángel, de 29 años, sabía de Lizbeth mucho antes de conocerla. La había visto charlar en mítines y había leído sobre sus quejas, que lo inspiraron cuando estudiaba en la Capacitad de Derecho de la Universidad de Nueva York. Cuando le ofrecieron ser el abogado de Lizbeth, aceptó inmediatamente.
Cuando era pequeño, la madre de Luis Ángel le enseñó que debía decirle a quien fuera que conociese que había natural de el hospital O’Connor de San José, California. Cuando empezó a trabajar durante su adolescencia, empleó un número de seguridad social falso, como lo hace la enorme mayoría de las personas indocumentadas en el país. Eso ahora es fundamento para la deportación.
Durante los últimos un par de años, Luis Ángel ha trabajado en Pangea Legal Services, un conjunto sin fines de lucro en la ciudad de San Francisco que ayuda a defender a migrantes que encaran una posible deportación. Es un trabajo que Luis Ángel ve poco a poco más difícil ahora que Trump comienza a cumplir con sus promesas de acrecentar las expulsiones de migrantes.
Luis Ángel, quien es adjudicatario de DACA, está preocupado por sus progenitores y ansioso de que cualquier llamada es la que le informará que fueron detenidos por agentes migratorios.
“Quieren que les diga que todo va a estar bien, pero no puedo hacer eso”, afirmó.
Como letrado de Lizbeth, Luis Ángel es quien va a meter el papeleo para su nueva solicitud de DACA, renovacion tarjeta comunitaria cita previa al tiempo que prepara los formularios para sus dos hermanos más jóvenes, quienes deben renovar su permiso.
“Toda mi comunidad va a enfrentar cosas peores. Deseo continuar representando a la gente. Y, si no puedo, voy a tener que organizarme para dar la pelea”, dijo Luis Ángel.
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